Nuestra experiencia con alumnos vulnerables En el Taller de Educación Financiera que se realizó con estudiantes de 3ro y 4to medio en el segundo semestre en el Liceo poetisa Gabriela Mistral de Calera de Tango, nos encontramos con muchos estudiantes con un tremendo potencial, con deseos de lograr cosas importantes, con sueños en algunos casos bien elevados. También muchos estudiantes que no tienen idea que quieren actuar con sus vidas.
La mayoría de ellos llevan cuatro o más años en la educación de la comuna y aun así, siguen perdidos y además con una base académica feble que será un impedimento real para lograr insertarse en el mundo de la educación superior con algún pronóstico de éxito.
La puesta en marcha de este taller significó para muchos un cambio de mirada. Poder conocer la realidad, como se mueve el mundo y la sociedad en términos entendibles como el manejo económico y la importancia que tiene en el desarrollo personal. Saber que el mundo genera oportunidades y que hay que estar preparados para tomarlas fue algo clave. Hay que darles a las jóvenes motivaciones, hay que generar movimiento y hay que despertar en ellos ansias de producir cambios reales y significativos. Muchos de los jóvenes que llegan al Liceo padecen de un letargo e inmovilismo que les impide salir adelante y se conforman con el mínimo esfuerzo. Por ello, la importancia de remecer sus conciencias y promover una cultura que aliente a luchar por ideales, sueños y mostrar con experiencias concretas que sí es posible, que sí se puede y que las escuelas pueden lograr, a través de la educación, ser la herramienta que permita este cambio.
La experiencia significó un antes y un después, generó un movimiento inusual en los estudiantes, especialmente de cuarto medio. Involucrar a sus familias, vincularlos a su comuna por medio de los proyectos sociales fue creando un ambiente muy favorable, un ambiente de experiencias fundamentales que se trasmiten por la vivencia. De allí, para la escuela y para la comuna pueden surgir potenciales acciones que, tomadas para sí, serían una gran contribución. Por ejemplo, trabajar con los exalumnos, vincular con mayor fuerza a los estudiantes con su realidad comunal, generar espacios de creación de proyectos, sociales, culturales, deportivos, etc.
Urge responder adecuadamente a las exigencias que nos plantea la sociedad en que vivimos. Los estudiantes que van a nuestras escuelas y llegan al Liceo necesitan que orientemos nuestros esfuerzos en conseguir logros reales. Esto implica generar acciones, estrategias que vayan en la dirección correcta. Si logramos tener estudiantes motivados, que le den sentido a sus acciones, que logren visualizar la recompensa de sus esfuerzos; profesores comprometidos y convencidos del poder que tienen en sus manos, familias empoderadas de su rol de educadores y comprometidas con el proyecto educativo de sus escuelas y liceo, seguramente la educación significará ese cambio que abrirá puertas y oportunidades para nuestros estudiantes.